Huancayo es considerada como una de las principales fuentes de
inspiración y creación de la cocina serrana. Esta influencia se extiende por
toda la sierra central e incluso hacia la sierra sur y norte del país. Las
bondades de la papa, de los tubérculos, de la carne, de sus lácteos y de toda
la rica variedad de hierbas que florecen en su valle, permiten una larga lista
de platos emblemáticos que engalanan las mesas a diario.
Hablar de la pachamanca es hablar de un potaje regional
exquisito que tiene su punto de partida en Huancayo, pero que extiende sus
raíces hacia otras regiones. Es un plato especial que se sirve en forma
suculenta, apetitosa y contundente y que se le considera como la consagración
de todos los sabores y colores del Perú.
El caldo de cabeza es otro potaje requerido en cuanta mesa se
visita. Es una sopa hecha especialmente para el frío, para calentar el cuerpo
antes o después de una dura jornada de trabajo. La gente la pide con
insistencia y se disfruta igual en el desayuno, que en el almuerzo o la cena.
Muy similar es la patasca, aunque con algunas variantes culinarias en su
elaboración, pero idénticas cualidades de sabor.
Si hablamos del cuy chactado nos referimos a un plato que goza
de muchos adeptos por lo intenso de su maceración, lo especial de su cocción y
lo sabroso al momento de degustarlo. Es un potaje infaltable en las fiestas
patronales y en todo gran acontecimiento social de la región.
Y en cuanto a la trucha, es un plato que constituye toda una
maravilla y una sorpresa para el visitante que tiene la oportunidad de
disfrutarla frita o a la parrilla. Es un deleite que alimenta los sentidos y
complace al paladar más exigente, pues al ser un pariente del salmón, el
turista lo encuentra muy similar en cuanto al sabor aunque distinto en su
preparación.
Y no podemos olvidarnos de la famosa papa a la huancaína, que no
es propiamente de la ciudad de Huancayo pero cuenta la leyenda urbana que la
preparaba una señora huancaína que viajaba en el tren. Sea como fuere, es un
delicioso plato basado en el rico queso serrano, los ajíes que no crecen igual
en ninguna parte, la papa suave y dulce, y adornada con aceitunas, lechuga y
huevo duro. ¡Buen provecho!